domingo, 19 de enero de 2014

Nuestros estados de ánimo cambian y hay veces que deseamos una cosa pero una vez que la tenemos ya no nos gusta tanto y hasta llega a cansarnos con el paso del tiempo.

Mi prima Marina era muy pesada, cada día que la iba a ver no paraba de hablarme sobre móviles. Llego un punto que ya ni la escuchaba, bueno hacia ver que la escuchaba pero en realidad no lo hacia. 

Un día,  mejor dicho después de tres largos meses haciéndome preguntas sobre móviles, por fin le compraron uno. No paraba de chulearse delante de todo el mundo, decía que ella tenia el mejor móvil del mundo y todas esas cosas que dice la gente para quedar como la mejor. Estaba todo el día enganchada al móvil, íbamos  a comer en familia  y ella con su móvil, se iba al parque de atracciones y ella con su móvil, acabaré más rápido si digo que se lo llevaba a todos lados, lo más odioso es que no paraba de hacer fotos a la gente y a ella misma. 
El móvil se le lleno de aplicaciones, es decir que se le lleno la memoria. En cuanto se entero, le cogió un ataque de ansiedad. No se podía creer que no le llegaran los mensajes ...
me puse a investigar un poco sobre ese móvil y descubrir que por muy espectacular que fuera por fuera no tenia mucha memoria. 

Al final se acabó comprando un móvil que vale no era tan bonito como el otro pero tenia mucha memoria y iba mucho más deprisa, que eso era lo que ella necesitaba  

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